Un asesino silencioso

Pasos Audaces en esta semana

“Así mismo, jóvenes, sométanse a los líderes. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque: Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5).

A menudo se hace referencia al monóxido de carbono como un "asesino silencioso" porque pasa totalmente desapercibido. Es un gas incoloro, inodoro e insípido. Eso significa que las personas no pueden verlo, olerlo o notar su presencia. Se produce por la combustión incompleta de sustancias carbonosas como gasolina, petróleo, madera y carbón. Este gas puede acumularse en espacios cerrados o mal ventilados y, sin que nos demos cuenta, provoca intoxicaciones que pueden acarrear la muerte.

Al igual que el monóxido de carbono, el orgullo es un pecado que se filtra sin ser detectado. Se manifiesta, con frecuencia, muy sutilmente. Nos lleva a priorizar nuestra buena imagen y reputación sobre la fe auténtica y la humildad genuina. Incluso podemos darle la forma de religiosidad exterior para elevarnos ante los ojos de los demás. Al final, nos centramos más en lo que la gente piense de nosotros que en lo que Dios realmente desea.

Pedro, en su primera carta, nos hace un llamado a la humildad. Es un compromiso contracultural muy serio, especialmente para quienes ocupan puestos de liderazgo. La exhortación del apóstol a los ancianos muestra que los líderes son objeto frecuente de los ataques del enemigo. El orgullo es el ataque más común. Por eso, es fundamental que prioricemos la humildad sobre el poder o el prestigio ministerial. Es esencial que todos nosotros nos “vistamos” de humildad. Y es que, la verdadera fuerza reside en nuestra relación con Dios, no en nuestras propias habilidades o estatus ante los demás.

En una cultura que a menudo se percibe como antagónica a la fe, es crucial que adoptemos una actitud de humildad, confianza en Dios y compromiso con la oración. Solo así, podremos combatir los ataques espirituales que inevitablemente se nos presentarán.

Permíteme ofrecerte cuatro principios clave que puedes poner en práctica:

1. Reconoce el poder destructivo del orgullo. Puede sabotear tu fe y tus relaciones.
2. Cultiva la humildad. “Vístete” de humildad y rechaza la autosuficiencia.
3. Concéntrate en la opinión de Dios. Agrada a Dios sin buscar la aprobación humana.
4. ¡Mantente humilde! Evita que los elogios o las críticas destruyan tu espíritu.

Sinceramente creo que así podremos sobreponernos a los días de adversidad. No es una cuestión de si sucederá. Es una cuestión de cuándo sucederá. Prepárate y conoce más cliqueando el enlace a continuación.

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