This site uses cookies to provide you with more responsive and personalized service and to collect certain information about your use of the site. You can change your cookie settings through your browser. If you continue without changing your settings, you agree to our use of cookies. See our Privacy Policy for more information.
“Más tarde, la palabra del Señor vino a él. ¿Qué haces aquí, Elías? le preguntó.” (1 Reyes 19:9)
Crecí en el norte de España, uno de mis pasatiempos favoritos en mi infancia era explorar cuevas con mis amigos. En la oscuridad de la cueva no podíamos ver lo sucios que saldríamos de allí. Es cuando empezamos a acercarnos a la salida de la cueva y la luz del día nos alumbraba, era que nos dábamos cuenta de lo sucio que estábamos. La oscuridad de la cueva no permitía ver el lodo en nuestra ropa, pero una vez expuestos a la luz, nuestra suciedad era evidente.
Al igual que las cuevas físicas, las cuevas espirituales pueden ser lugares de exploración y descubrimiento. También son lugares donde nos escondemos por nuestros miedos, dudas e incertidumbres. En la vida podemos quedarnos aislados o atrapados en nuestras propias luchas personales. Es como estar atrapados en una cueva sin salida. Esos miedos y dudas nos impiden avanzar o buscar ayuda. La alternativa, es hacer de ellas pasadizos que te ayuden a crecer y a encontrar la claridad de una nueva perspectiva en tu vida.
La historia de Elías, en 1 Reyes, es un claro ejemplo de cómo buscar refugio en una cueva, tanto física como espiritualmente. Después que recibió amenazas de muerte, Elías sintió mucho miedo así que huyó y se refugió en una cueva. Mientras estaba sentado en la oscuridad, sintió una profunda sensación de aislamiento. Las dudas sobre el propósito de su vida le asediaban. Sin embargo, es ahí donde experimenta un profundo y sorprendente encuentro con Dios. Dios no estaba en el viento fuerte, el terremoto o el fuego, sino en un suave susurro en la oscuridad. A veces en esos momentos de aislamiento y oscuridad, se nos pasa por alto sentir y ver que Dios nos brinda consuelo y dirección.
Esa historia también nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida, Dios nos ve, se revela a nosotros y habla Su verdad sobre nosotros. Qué poderosa imagen de que, no importa dónde estés, qué tan inconsolable sea tu dolor y que tan oscuro esté, Dios seguirá viéndote. Al igual que Elías, debemos tener el coraje de salir a la luz y enfrentar nuestros miedos con la ayuda de Dios y con aquellos que nos aman.
Recuerda, solo con la ayuda de Dios, puedes pasar de la oscuridad de tu cueva a la luz del propósito divino para tu vida. Ten presente que la vida es un viaje donde vamos paso a paso.
En esta temporada de acción de gracias, quiero decir lo agradecido que estoy por el tiempo que mi esposa Dee y yo pasamos este verano en España, donde crecí como un hijo de una familia misionera. Mi madre todavía vive allí. Así que, fue una bendición increíble celebrar con ella su cumpleaños y ver a familiares y amigos cercanos. Además, tuve el privilegio de compartir la Palabra en la Iglesia Comunidad Cristiana Esencia de la ciudad de Santander, España. Por favor, únete en oración conmigo para que nuestros hermanos y hermanas en Cristo permanezcan fuertes y sean una luz en un país que necesita desesperadamente escuchar acerca de la gracia salvadora que se encuentra en nuestro Mesías, Jesucristo.
Un estudio devocional de 30 días con Mark Jobe
Como seguidores de Cristo, nuestra fe es esencial para saber quiénes somos. En Pasos Audaces tenemos como objetivo principal ayudarte a avanzar firmemente en tu caminar con Dios, paso a paso.
Es por eso que, junto a todo el equipo de Hoy en la Palabra, hemos creado Pasos Audaces con Jesús, un estudio devocional de 30 días. Con este nuevo recurso podrás conocer las perspectivas que el Dr. Mark Jobe ha desarrollado en su larga trayectoria pastoral. Además de ser el actual presidente del Instituto Bíblico Moody, Mark es anfitrión del programa de radio Pasos Audaces. Esta reflexión devocional diaria te ayudará a mantener tu mente centrada en la Palabra de Dios y tus ojos enfocados en Cristo. Confiamos que tu corazón se renueve y tu fe se fortalezca, a medida que caminamos juntos en este desafiante viaje de 30 días.